La selva negra

Seguramente has escuchado nombrar “La selva negra” en tus clases de alemán en la Deutsche Akademie. Siempre que se trata el tema de los sitios para visitar en Alemania, se menciona esta región tan bella de Alemania.

Lo mejor de la Selva Negra es el nombre: Schwarzwald. Y aunque no sea ni «selva» (wald significa bosque común) ni «negra» (tiene más árboles de hoja caduca que abetos), ese rótulo evoca algo oscuro y salvaje, misterioso, envuelto en brumas de leyenda.

selva negra

Los romanos llamaron «selva negra» a este territorio por sus densas florestas. Aquellos temidos bosques ofrecen ahora bellas caminatas. Internándose hacia el sur pronto se da con el lago Titisee, la joya lacustre de la Selva Negra. La proximidad del monte Feldberg (1.493 metros), el pico más alto de la región, lo ha convertido en un destino vacacional tanto en verano como en invierno.

Uno de los encantos de la Selva Negra es precisamente que no hay grandes núcleos urbanos. A nivel turístico las dos ciudades más importantes son Baden-Baden (en el norte) y Friburgo (en el sur)

Friburgo, la puerta de entrada

Friburgo es una de esas ciudades donde uno se quedaría a vivir. Con poco más de 200.000 habitantes y un clima relativamente benigno, Friburgo destaca por sus calles empedradas, su ubicación a las puertas de la Selva Negra, su ambiente relajado y joven, su compromiso con el medioambiente y su calidad de vida. Además, no faltan monumentos notables, como su preciosa catedral. Para nosotros es una visita imprescindible en la Selva Negra, no sólo conoces gente animada y practicas alemán, sino que tienes la oportunidad de visitar una de las ciudades más bellas de Alemania.. Además, en las cercanías podéis visitar el Monte Feldberg (para esquiar en invierno o para hacer senderismo y tener vistas de la región el resto del año) y el Europa-Park, el parque temático más grande de Alemania (a unos 35km).

Friburgo

Friburgo no termina ni mucho menos ahí. Quedan por ver la Casa de Erasmo, renacentista, en la que se alojó el pensador como refugiado; el convento de los Agustinos, hoy transformado en museo; el claustro gótico de los Franciscanos, destinado a conciertos; la posada más antigua de Alemania, Zum Roten Bären, en la Herrenstrasse…

Si desde Friburgo se toma rumbo hacia el este, entraremos en la zona de los pueblos relojeros. Triberg, a 60 kilómetros, es el más famoso, aunque también lo es por la cascada que el río Gutach forma al despeñarse sobre lajas de granito. Como verás, es una región llena de sorpresas.

Baden Baden

Si vais a viajar a la Selva Negra uno de los lugares que podéis visitar es la coqueta Baden-Baden. Ciudad refinada y elegante, atrajo a la alta burguesía en el S XIX y aún sigue siendo el lugar preferido de vacaciones para mucha gente de gran poder adquisitivo. Su lujoso Casino y sus famosos balnearios son el principal atractivo de Baden-Baden.

Basta un paseo por Lichtentaler Allee para empezar a simpatizar con Baden-Baden. Esta avenida atraviesa una bella alameda en paralelo al cauce del río Oos a lo largo de casi 3km. Es un lugar ideal para pasear, disfrutar de picnics en familia, hacer ejercicio o tumbarse en la hierba y ver pasar el tiempo. Todo el camino está plagado de villas del S XIX y uno diría que aún quedan por allí unos cuantos miembros de la nobleza vestidos de modernos.

Si te decides a hacer vacaciones en Alemania para mejorar el alemán, no dudes en visitar Baden Baden y su Kurhaus.

Kurhaus

La Kurhaus es el edificio que alberga, entre otras cosas, el famoso Casino de Baden-Baden. Baste recordar que Marlene Dietrich lo definió como el casino más bonito del mundo. También se dice que allí se inspiró Dostoyevsky para escribir su famosa novela “El jugador”. Sea como fuere, creo que merece la pena la visita guiada (en alemán o inglés, con panfleto en castellano) para admirar su pomposo interior.

LA NATURALEZA

Volviendo a la región es la parte sur de ese territorio la más campestre y montañosa, también la más popular entre los alemanes y los foráneos.  La Selva Negra parece la cuna misma de algunos de los tópicos más extendidos sobre Alemania: las fachadas con entramado de madera, el jamón ahumado y embutidos emparentados, el reloj de cuco –que no inventaron los suizos–, el sombrero de cinco borlas o pompones rojos –que debidamente estilizado es el logo de la región–, la cerveza artesanal, incluso el vino…

selva negra

Y por supuesto, la Naturaleza. Así, en mayúscula. La mitad de la región está ocupada por dos parques naturales, declarados Reserva de la Biosfera por la Unesco. Eso explica su fama como destino para practicar deportes de montaña en cualquier época, desde senderismo hasta esquí, pero también surf, vela o piragüismo en sus lagos de origen glaciar.

¿Te animas a conocer la Selva Negra?